Hace algunos años, que ya son doce, encontramos una casa en el este de esta isla querida que entonces, y durante largos meses, parecía que no salía en el mapa, entregada a la quietud o a los vientos. Hoy, muchas miradas se han dirigido a ella. De repente son muchas las personas que quieren ir a Menorca. La Menorca islada, la que sentimos nuestra, esconde aún muchas islas en su interior y son las que elegimos para los viajeros que acuden a un curso en algún remanso mediterráneo donde nos acordamos siempre, de algún modo, de Grecia.
Llega el verano y volvemos a nuestra primera casa, Binissaida, la casa de los tres arcos que miran impertérritos al mar de levante y al Camí de Cavalls que nos acerca a las plataformas del baño matinal o del atardecer.
Allí hablarán (alguno, hasta cantará) primero el filósofo Juan Arnau, al que seguirán dos amigos suyos y nuestros, los poetas de julio, Jesús Aguado y Juan Vicente Piqueras. Después de agosto, ya lo sabemos llega septiembre, un mes que nos gusta mucho, y en él, Josefina Salord nos hablará de Albert Camus, ese hombre medio menorquín, hijo de los tantos emigrantes isleños a Argelia. Volverá también Bernardo Souvirón, con una gran pregunta: ¿es inevitable la guerra? Antes, para los que escriben o quieren escribir, Ana Haro y Mariona Fernández, proponen una nueva versión de su taller de escritura autobiográfica.
Estos cinco talleres o cursos se realizarán bajos los arcos de una casa cuyo nombre viene a decir: descendiente de aquellos a quien el destino favorece. No dudéis que si vuestro destino es nuestra casa, seréis favorecidos.
La información completa de los cursos en talleresislados.com
Feliz verano.
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